Volando en la Atalaya

Ayer domingo, volvimos a disfrutar de un día completo, tanto de montaña como de vuelo con nuestro phantom 1.
Tras la alegría de haber recuperado nuestra segunda nave, pusimos tierra de por medio hasta llegar a lo alto del pico de La Atalaya, en la sierra segoviana de Guadarrama.
Muchos son los que recorrieron las montañas segovianas, pero pocos los que pudimos disfrutar de una cumbre solitaria y con unas vistas excepcionales, dado el día tan despejado y limpio que tuvimos.
El viento no corría apenas durante la ascensión, aunque al llegar a la cumbre, soplaba con fuerza. Tras esperarnos unos minutos por si amainaba y viendo que no era así, decidimos probar el vuelo con esa fuerza del viento. El resultado, aunque no todo lo querido, dado que la gopro viajaba a ciegas, fue excelente y al phnatom respondió a las mil maravillas; de haber tenido el estabilizador en éste, hubiera sido perfecto.
Como se aprecia en la segunda imagen, la nave no podía quedarse horizontal, aun así, mantenía su posición GPS en todo momento y tanto el despegue como el aterrizaje, fue perfecto.
Los repetidores se mostraron a nuestros pies, y pudimos comprobar lo grandiosos que son desde abajo, y lo pequeños que son desde las alturas. Tranquilos, ni los tocamos.

Otro de nuestros objetivos, fue la planta envasadora de Agua Bezoya que tienen en Trescasas, y hacia allí pusimos las hélices. El resultado perfecto.
Algunos de nuestros espectadores, imaginamos, no daban crédito a sus enormes ojos, y a pesar de andar volando sobre ellas, ni se inmutaban, como si fuera algo normal.
Al llegar a lo alto de la Atalaya, también nos encontramos por casualidad con grandes amigos, y no perdieron la oportunidad de ver en acción a nuestro Phantom, a la vez que aprovechamos para sacarles bien guapos.
Y por último, otra imagen del Phantom, imposible de mantener su horizontalidad por la fuerza del viento.

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