Por tierras cacereñas en fin de año
El fin de año, quizá sea uno de los mejores momentos para ausentarse de la rutina diaria, y eso es lo que hemos hecho.
Preparamos los trastos, cámaras y demás accesorios y tomamos el camino hacia la zona de Béjar.
Un lugar fascinante para clavar el objetivo en la infinidad de momentos y paisajes únicos que nos ofrece tanto el fin del otoño, como el principio del invierno.
Hemos descubierto pueblecitos escondidos del mundanal ruido, perdidos entre las encinas, alcornoques y olivos que nos rodeaban.
En algunos momentos, hasta la naturaleza se puso de nuestra parte, para ofrecernos estampas de cuentos de hadas.
Castillos centenarios, bien cuidados e ideales para rodar planos de otros más lejanos e impresionantes.
Éste, nada tenía que ver con esos, pero ésta imagen lo dice todo.
Tampoco tenemos que irnos al norte de España para ver casas señoriales con encanto.
Todo éste pueblecito ere idílico y no podíamos dejar de apretar el disparador de la máquina.
Si antes hablábamos de cuentos de hadas, aquí tenéis las imágenes. Las hojas, el musco, los árboles, la humedad, .... solo faltó aparecer algún que otro duende.
En otros momentos la niebla ofrecía imágenes tan bellas como ésta. ¿dónde estamos?
Donde quisiéramos y con quisiésemos.
Ojo que te veo. No te puedes descuidar, porque por todas partes hay señales evidentes de los posibles puntos de vigilancia del castillo.
Ahora ha quedado para la foto.
No podía ser menos, miles de rutas por todas partes, algunas de ellas bien marcadas, así lo vemos en ésta imagen, con la señal del PR.
Vista en altura del pueblo con la presa al fondo.
No es que nos subiéramos a un avión, simplemente a la torre de la fortaleza.
El agua, otro gran referente de la zona, nos hizo deleitarnos y mostrar las funciones de la alpha 77.
La pena es que no llevábamos el trípode y eso se deja notar en el movimiento de nuestro pulso.
No todo van a ser neumáticos. Ésta bella rueda de carro, nos estaba esperando y tenía tan buen aspecto que tuvimos que pararnos y sacar unas cuántas fotos de ella.
En fin, que lo mejor es que visitéis la zona, pero antes os dejamos algunas de nuestras estampas navideñas.
Preparamos los trastos, cámaras y demás accesorios y tomamos el camino hacia la zona de Béjar.
Un lugar fascinante para clavar el objetivo en la infinidad de momentos y paisajes únicos que nos ofrece tanto el fin del otoño, como el principio del invierno.
Hemos descubierto pueblecitos escondidos del mundanal ruido, perdidos entre las encinas, alcornoques y olivos que nos rodeaban.
En algunos momentos, hasta la naturaleza se puso de nuestra parte, para ofrecernos estampas de cuentos de hadas.
Castillos centenarios, bien cuidados e ideales para rodar planos de otros más lejanos e impresionantes.
Éste, nada tenía que ver con esos, pero ésta imagen lo dice todo.
Tampoco tenemos que irnos al norte de España para ver casas señoriales con encanto.
Todo éste pueblecito ere idílico y no podíamos dejar de apretar el disparador de la máquina.
Si antes hablábamos de cuentos de hadas, aquí tenéis las imágenes. Las hojas, el musco, los árboles, la humedad, .... solo faltó aparecer algún que otro duende.
En otros momentos la niebla ofrecía imágenes tan bellas como ésta. ¿dónde estamos?
Donde quisiéramos y con quisiésemos.
Ojo que te veo. No te puedes descuidar, porque por todas partes hay señales evidentes de los posibles puntos de vigilancia del castillo.
Ahora ha quedado para la foto.
No podía ser menos, miles de rutas por todas partes, algunas de ellas bien marcadas, así lo vemos en ésta imagen, con la señal del PR.
Vista en altura del pueblo con la presa al fondo.
No es que nos subiéramos a un avión, simplemente a la torre de la fortaleza.
El agua, otro gran referente de la zona, nos hizo deleitarnos y mostrar las funciones de la alpha 77.
La pena es que no llevábamos el trípode y eso se deja notar en el movimiento de nuestro pulso.
No todo van a ser neumáticos. Ésta bella rueda de carro, nos estaba esperando y tenía tan buen aspecto que tuvimos que pararnos y sacar unas cuántas fotos de ella.
En fin, que lo mejor es que visitéis la zona, pero antes os dejamos algunas de nuestras estampas navideñas.
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