La espera hospitalaria


Y a mi que nunca me han gustado éstos lares.... pufff, cuando lo tienes de cerca, lo ves de distinta forma.
Digo yo, que si en las pruebas selectivas para el personal de éstos establecimientos públicos, no tienen una de amabilidad, disposición, simpatía, ...., etc, etc, etc
Pues si no es así, yo propongo se tenga en cuenta, no solo para los nuevos funcionarios, sino para el día a día de sus empleados.
Qué gusto cuando te atiende alguien con una sonrisa en la boca, buenas maneras, buenas palabras, buenos gestos, pero no, de repente cambian el turno y te llega una ..... señorita/señora, borde, con una cara de perro mastín enfadado con los colmillos afilados a punto de clavártelo y dices tú ¿dónde estoy? ¿qué he hecho yo para merecer ésto?.
Si fuera voluntario, no me importaría, sería como un poco "sado", pero si es voluntario, pues a aguntar, pero no, estoy aquí porque no me queda más remedio. Qué mas quisiera yo que estar en Cuba o en Las Azores...
Y todo esto si le toca a una persona adulta, bueeeeeno, mal, pero bueno, a aguantar. El colmo es cuando le toca a la peque de la casa que no entiendo el motivo de estar allí, solo sabe que sus papás la curan y no quiere más, ni batas blancas, ni verdes, ni azules,..... ni esos pijamos diez tallas más que la suya, es ilógico.
Si hablábamos del buen trato, con los peques, lo multiplicaría por infinito.

Solo espero que pase pronto, que la peque se recupere rápido y sobre todo que no recuerde nada de todo ésto, y lo más, que sus papás sigan curándola y dándola todo el amor del mundo.

Comentarios

  1. Ya ves, pasan los días, y todo está borrado, al menos en la cabeza de la peque, que ha recuperado su sonrisa y sus ganas de hacer carreras !!

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